Colores aguja
Listado top ventas colores aguja
Rosario (Santa Fe)
Costura recta y Zig-Zag
– Devanador
– 20 funciones
– Brazo libre
– Nuevo sistema de retroceso
– Sulfila, zurce, cose cierres, hace alforzas, cordonados, acolchados, dobladillos
– Borda con Bastidor
– Cose en telas elásticas y semi elásticas.
– Cose con aguja simple y doble con dos colores de hilos
– Posicionador de aguja
– Controlador electrónico de velocidad
– Hace ojales manualmente
– Corta hilo en barra aguja
– Práctica manija para transportarla
– Peso aprox. 6,5 kg
$ 18.000
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Argentina (Todas las ciudades)
Características:-Cose con 4 hilos y 2 agujas.-Convertible a 3 hilos y 1 aguja.-Enhebrado de 4 hilos con código de colores.-Caja de accesorio...178563060
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La Plata (Buenos Aires)
9110 DX Obtené terminaciones de calidad profesional con la practicidad de Janome. Con 4 tipos de costura overlock, podes elegir coser con 4 hilos, 3 hilos en borde ancho, 3 hilos en borde fino y rulote. Máxima facilidad de enhebrado con clara señalización por colores ¡imposible confundirse! Incluye accesorios especiales para fruncir, pegar elástico y hacer dobladillos. ESPECIFICACIONES TÉCNICAS: Trabaja con 1 aguja (3 hilos) y 2 agujas (4 hilos) 1300 puntadas por minutos Permite variar el ancho de puntada de 3,1 a 7,3 mm Regulador del largo de puntada de 0,5 a 4 mm Sistema de dientes con diferencial para corregir errores de fruncido o estiramiento involuntario de la costura Presión del prensatela ajustable
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La Plata (Buenos Aires)
TEJA FRANCESA GALVANIZADO COLOR PRECIO VENTA USD 10,99 UNID PRECIO VENTA USD 25,61 M2 DIMENSIONES: Está constituido por un panel de acero, con un espesor de 0,5 mm, de 1180 mm de largo por 408 mm de ancho. RENDIMIENTO: 2.33 paneles por m2. COLORES DISPONIBLES: NEGRO - ROJO - VERDE - AZUL SISTEMA DE FIJACIÓN: tornillo TOWANE (tornillo cabeza tanque, punta aguja, con arandela de fibra) o clavo de acero templado galvanizado. PENDIENTE MÍNIMA: Las tejas francesas tienen una pendiente mínima de 14º para su colocación. SALÓN DE VENTA: CNO BELGRANO ESQ 504 - GONNET TEL: 471-8428 / 15-6716520 (WHATSAPP) HORARIO: LUNES A VIERNES 08:30 A 17:00 HS / SÁBADOS DE 09:00 A 12:30 HS
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Argentina (Todas las ciudades)
La Banda De Pica Pau - 20 Divertidos Amigurumis - Yan Schenk INTRODUCCIÓN Crochet, libros y otras locuras Naturalmente, no nací sabiendo tejer a crochet. Tampoco tuve la suerte de crecer en pleno auge de internet. Sin embargo, podríamos decir que tuve un poco de suerte a medias. Crecí rodeada de lanas, hilos, agujas, lápices, cuadernos y cajas repletas de maravillosos tesoros. Mi madre, brasileña, solía anotarse en cuanta actividad craft se pusiera de moda. Era finales de la década de 1980, las modas perduraban un poco más en el tiempo, pero eran prácticamente las mismas que ahora (¡pero sin Pinterest!). Mi madre cosía ropa, bordaba parches, tejía pullovers, hacía telares e incluso canastas. También tejía un poco a crochet, pero solo puntillas que ponía (y sigue poniendo) en absolutamente cada toalla que teníamos en la casa. Mi madre solía hacer muchas cosas, pero nunca tuvo paciencia para enseñar. Y yo no tenía la capacidad de quedarme quieta ni un segundo ante la imperiosa necesidad de aprender algo, característica que aún conservo. Le sacaba (robaba) hilos, lanas y agujas para intentar imitar lo que hacía. Elegía diferentes hilados, los combinaba y hacía paletas de colores para futuros proyectos que nunca veían la luz del día, pero disfrutaba tanto imaginándolos que no necesitaba mucho más. Hasta que un día, supongo que cansada de mi insistencia y de la ausencia cada vez más evidente de sus materiales, mi madre me dejó hurgar entre sus preciados libros y revistas de tejido. Y me perdí, con ganas, en sus fascinantes dibujos, textos indescifrablemente mágicos y las mil maravillas que se podían hacer con agujas e hilo. Con práctica, mucha perseverancia y un notable nivel de testarudez, terminé aprendiendo a tejer, pero solo con dos agujas. Y siempre y cuando mi madre montara los puntos iniciales. En ese entonces, veía el crochet como una actividad que solo servía para decorar cosas poco interesantes de la casa, cosas de mamá y abuela. Pasaron unos años hasta que tuve, por primera vez, una aguja de crochet en mis manos. Estaba cursando Bellas Artes y tenía una amiga que tejía bolsos, gorros y bufandas entre cursadas. Por primera vez vi el crochet como una técnica que valía la pena aprender. Para no traicionar mi suerte a medias, mi amiga tampoco tenía paciencia para enseñar. Así que volví a los libros de mi madre, esta vez en busca de la parte que siempre me había saltado: los dibujos intrincados de esos nudos imposibles con nombres en francés y aplicaciones de gusto cuestionable. Así, con mi testarudez intacta y haciendo un gran esfuerzo para entender esos casi jeroglíficos, aprendí a tejer. Algo. Logré tejer algunas piezas (bolsas y bufandas con puntos medio inventados), pero realmente nunca
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